Mediante una ley a todas luces regresiva y racista se da a conocer la manera de pensar de un grupo de radicales estadounidenses que increíblemente todavía en pleno siglo XXI pretenden ser respetados aplicando leyes parecidas a las que su propia nación venció en la segunda guerra mundial (1945) cuando derrotaron a la Alemania nazi, y antes cuando Abraham Lincoln abolió la esclavitud (1863).
Quieren evitar la inmigración al estado de Arizona de personas que buscan trabajar y realizar el llamado sueño americano convirtiéndolos en delincuentes, y no solo eso, sino que por simple apariencia podrán pasar por encima de los derechos de todas las personas que a su juicio sean sospechosos de ser inmigrantes ilegales.
Como ya es bien sabido estas decisiones van de la mano con la falta de cultura; ¿A caso no saben que sus abuelos o bisabuelos fueron también inmigrantes? ¿Qué toda la unión Americana está formada por inmigrantes de todo el mundo? ¿No se dan cuenta de lo que significa la diversidad de culturas, lo que significa la fuerza de trabajo de los mexicanos y los latinos en Estados Unidos, tampoco se dan cuenta de quienes fueron los primeros que poblaron esas tierras?
Los prejuicios y los conceptos formados en sus limitadísimas e incapaces mentes no dejan ver a estos gobernantes para encontrar soluciones que no sean injustas y que no lastimen no solamente a su propia economía sino a todas las personas que creemos en la integración, la tolerancia, el respeto a los demás, la construcción de acuerdos, y en resumen el amor a la vida y a la conciencia.
¿No sería mejor que esos presupuestos millonarios que todos esos radicales pretenden usar para perseguir a gente inocente se usaran para establecer programas de ayuda en los lugares de origen de estos inmigrantes para que no tengan que buscar mejores oportunidades en otro país con otro idioma y con todas las dificultades a las que se enfrentan?, o el otorgamiento de los derechos y el establecimiento de visas temporales para las diferentes opciones que se dan en el mercado y tantas soluciones que se han propuesto por expertos y que no se han llevado a cabo simplemente porque sigue en el mundo este mal terrible llamado intolerancia.
Hago aquí una enérgica protesta como latina, como mexicana y como habitante de este planeta a los ataques no solamente contra latinos o mexicanos sino contra cualquier persona que no sea respetada por su calidad de ser humano, sea de la raza que sea y de cualquier condición económica o social, Y recomiendo a esos retrogradas, abran sus pequeños munditos a la diversidad y el amor.